Higiene postural

Nuestra salud física se ve afectada tanto por factores que no podemos controlar, como por hábitos que adquirimos en nuestro día a día, como la mala postura.

Para realizar todas las actividades de nuestro día a día sin que produzcan daños, es necesario mantener una buena postura corporal al ejecutarlas, porque aunque no se resientan de inmediato, a largo plazo pueden tener consecuencias como dificultades respiratorias, dolores musculares, o problemas digestivos.

La postura es la posición que adopta nuestro cuerpo en el espacio y varía según la actividad que estamos realizando. Una buena postura consiste en la alienación simétrica del cuerpo en torno al eje de gravedad, es decir, la columna vertebral, manteniendo la cabeza erguida, la pelvis centrada y las extremidades ubicadas de tal manera que el peso del cuerpo se reparta equitativamente.

La columna vertebral es el eje principal del sistema esquelético y presenta unas curvaturas que permiten la distribución apropiada del peso corporal y suele verse muy afectada por las posturas inadecuadas. Mantener una mala postura, puede producir hipercifosis, hiperlordosis, escoliosis o rectificaciones a nivel cervical, dorsal o lumbar.

Es necesario determinar si dicha postura se debe al hábito o es consecuencia de una deformidad esquelética subyacente.

Consecuencias de una mala postura:

Dolor lumbar: se produce cuando se pasa mucho tiempo sentado, con la espalda encorvada, o bien con la pelvis en anteversión. También puede aparecer después de cargar algo muy pesado. La anteversión y la retroversión pélvica predisponen a las discopatías, deshidratación del disco, ciática, estrechamiento foraminal, estrechamiento del canal medular y a las espondilolistesis o desplazamientos vertebrales.

Molestias en la zona dorsal: comunes cuando la persona se sienta con mucha curva en la zona dorsal, con los hombros muy hacia el frente, o pasando tiempo de pie sacando barriga por tiempo prolongado.

Dolor cervical: sucede con un apoyo excesivo sobre las articulaciones de las últimas vértebras cervicales, cuando la persona se queda mirando al frente por tiempo prolongado. Está también relacionado con contracturas cuando causa tensión fuerte sobre la nuca. También influye el estrés así como temas emocionales.

Mayor riesgo de lesiones: si adoptamos una mala posición, el peso del cuerpo se distribuye mal y queda en riesgo de sufrir daños.

Beneficios de adoptar una buena postura:

Mejora nuestra respiración: aumenta la capacidad pulmonar, lo que con lleva a una mejora de la circulación sanguínea.

Previene el cansancio y la fatiga crónica: ligado al punto anterior, se optimizan las funciones del organismo, permitiendo un gasto energético más eficiente, promoviendo un buen estado de ánimo.

Previene lesiones, dolores musculares y problemas de columna: una buena posición activa nuestra musculatura profunda, haciendo así que nuestra musculatura superficial esté más relajada y se tensione menos provocando así menos dolor.

Genera armonía a nuestro organismo: también relacionado con los puntos anteriores, adoptar una buena postura nos hace sentir bien y se evitan los problemas generados por una mala postura y tensión.